Animal Man: El secreto del Universo

Primera Parte

Carlos Reyes
Cuando muchos de nosotros conocimos a este guionista escoc�s, nos vimos enfrentados a uno de los fabuladores m�s afiebrados que el mundo del c�mic establecido pod�a brindarnos: aliens hermafroditas, calles travestis, terroristas gn�sticos, Dios como Jack el destripador, te�logos insectoides, el pent�gono como el cuartel general de una conspiraci�n sobrenatural y grandes dosis de anarqu�a, drogas y surrealismo.

Morrison no s�lo es guionista de c�mics, sino tambi�n dramaturgo, m�sico y, sospechamos, adicto al nihilismo. Lo que s� sabemos con certeza es que el escoc�s es un desmadre celular en el saludable cuerpo del mainstream comiquero, un peque�o foco de infecci�n que ya ha afectado a un reducido s�quito de contagiados que escasamente representan un porcentaje respetable a la hora de alterar los lineamientos generales de la industria pero, sin embargo, el virus Morrison ya corre por las venas de sus lectores y como toda enfermedad que se precie de tal, comienza a alterar silenciosamente a todo el organismo tom�ndolo por asalto y sacudiendo sus sistemas nerviosos centrales. Su objetivo: destruir la noci�n de realidad.

La historia del Hombre con poderes animales

Seamos breves. Los primeros s�ntomas se dejan sentir en 1978 en la revista de c�mics experimental Near Myths. Morrison descubre el punk y se une a una banda al tiempo que empieza a escribir guiones para varios c�mics brit�nicos entre los que destacan Zenith para la revista 2000 AD y Dr Who y Zoids para a Marvel UK, pero su carrera nos empieza a hacer sentido cuando en Septiembre de 1988 aparece en USA el "Zoo Humano", primer cap�tulo de la serie Animal Man, guionizada por el enjuto escoc�s.
"Lo primero que quer�a hacer - recuerda Morrison - era algo un poco diferente del �realismo �spero� que estaba tan de moda entonces, algo que estuviera m�s en la l�nea de las abigarradas tradiciones del Flash de los 60 (...) decid� remotivar al personaje de Animal Man convirti�ndolo en un celoso activista a favor de los derechos de los animales (...) todo lo cual llevar� a una revisi�n total del origen y poderes de Animal man y a un asalto sobre la realidad fundamental del universo DC".
Afortunadamente Morrison no dej� estos buenos deseos s�lo en una presentaci�n cautivante de la saga, sino que la llev� a efecto en los 26 n�meros de la serie regular del personaje que finaliz� en agosto de 1990. �Qu� hizo de Animal Man el �xito que lleg� a ser?

Un gui�n inteligente que mezcla con desmesura el camp sesentoide y las nuevas preocupaciones y descubrimientos de los 80. La experimentaci�n de Morrison en Animal Man es la mezcla de elementos heterog�neos a trav�s de alusiones, citas y referencias al propio lenguaje del c�mic.

Como es habitual en �l, Morrison, inici� su trabajo con una clara idea en su mente y dise�� la l�nea argumental central desde el principio: "Creo que todo aquel material antiguo - confiesa Morrison - es mucho m�s interesante que lo que se est� haciendo ahora. Lo que quiero decir es que, para m�, cualquier historia de As el Bat-Sabueso es mucho m�s interesante que Dark Knight. �C�mo puedes resistirte a cosas como esas? Como La legi�n de supermascostas..." Con esta premisa en su mente, Morrison tom� el encargo mensual de DC comics para dar vida a la serie de Animal Man, y al mismo tiempo supo que era la oportunidad que ten�a de rescatar a uno de sus personajes favoritos de la infancia. " Los revival de personajes antiguos estaban en boga- dice Morrison- y no tuve demasiados problemas para vender el concepto".

En esa progresiva tarea de exterminaci�n de lo real, que es una de las constantes de sus trabajos, Morrison concibi� la serie y recurri� a todo lo necesario para hacer de ella un pastiche postmoderno.
Buddy Baker es Animal Man, padre de familia y superh�roe con preocupaciones monetarias, amorosas y justicieras. Se hace vegetariano y luchador incansable por la vida animal. Pista a pista el personaje va descubriendo la verdadera naturaleza de sus poderes animales. Su familia es asesinada despiadadamente, el personaje es entonces capaz de conocer el odio y el dolor y asesina por venganza, toma drogas para acceder al secreto del universo y finalmente se enfrenta con horror a su propia condici�n de personaje bidimensional, a una creaci�n mediada por la intervenci�n de un guionista y un dibujante.

El meta-c�mic ya est� entre nosotros

La idea que Morrison ha venido masticando desde el n�mero 1 empieza a cobrar forma. Gracias a la intervenci�n de James Highwater en el cap�tulo 18, Buddy descubre parte de su verdad. Tras ingerir peyote en una des�rtica Arizona logra explicarse el origen de los poderes del nuevo Animal Man. Para ello el guionista toma prestada la teor�a del campo morfogen�tico del bi�logo ingl�s Shelkdrake: "Es una red de incontables campos m�s peque�os- explica Highwater- de planos que gu�an la formaci�n de �tomos en mol�culas, c�lulas, tejidos, �rganos, sistemas". Es de esta esencia, de este campo vital formado por todas las criaturas que han existido, que Animal Man, como si fuese un Shaman tribal, asume las caracter�sticas del t�tem animal, obteniendo as� sus poderes.
El resto del episodio describe las alucinaciones de ambos personajes, tras las cuales el mundo del personaje se ver� definitivamente trastocado. La droga le permite acceder a ciertos niveles de conciencia, pero persiste el gran misterio, el rompecabezas que lo ha llevado a conocer a Highwater y a realizar el rito. Esa verdad s�lo se muestra en indescifrables pistas.

Es en el cap�tulo 19 donde el desenfado de Morrison introduce un gui�o fundamental para el desarrollo de la serie. En medio de su alucinaci�n, Buddy se encuentra con la anterior encarnaci�n de Animal Man que lo enfrenta: "Borraron mi vida y la reemplazaron con la tuya (...) �Qu� pasa cuando la continuidad cambia? �Qu� ocurre con esas vidas? �Qui�n es el responsable? Nos retuercen y nos torturan. Nos matan a billones �Para qu�? Por el espect�culo. Nuestras vidas no son nuestras. No es justo. �No era yo lo bastante bueno?". Inmediatamente despu�s de este brutal encuentro y por s�lo un instante al personaje de Buddy Baker le es regalada una terrible revelaci�n, en una macrovi�eta su rostro asombrado mira de frente al lector mientras grita: "��Puedo verte!!"

Personaje y lector son sorprendidos. Inteligentemente Morrison nos incorpora como personajes de su obra. Animal Man nos ha visto, eso es algo que la convenci�n jam�s hab�a permitido.

Un par de p�ginas m�s adelante los personajes descubren que viven atrapados en las dimensiones de una vi�eta, descubren que existe un adentro y un afuera - o como dir�a Scott McCloud, en su formidable libro Understanding C�mics (editado en castellano por Ediciones B y traducido con el enga�oso t�tulo de C�mo se hacen los c�mics)- un gutter y una vi�eta.
Desde este episodio en adelante la vida de Animal Man se convierte en una acelerada sucesi�n de hechos que van conduciendo al desenlace cuidadosamente preparado por el autor.

Animal Man ver� reducida su existencia a los arbitrios de un guionista que manipular� su vida y que, ante los asombrados ojos del lector, revivir� a unos olvidados y rid�culos personajes de c�mic frutos de una "hemorragia de tierras alternativas" que convergen en el episodio n�mero 23. Todos estos personajes provienen del horroroso limbo adonde los autores y lectores confinan a aquellos personajes pasados de moda. Es el momento para Morrison de homenajear sus adoradas historias del pasado con todo lo de kitsch y surrealistas que ten�an y de clamar justicia para ellas.

Pero los juegos metaling��sticos contin�an, Morrison utiliza los cartuchos de texto para mostrar al lector las indicaciones de gui�n al dibujante y Animal Man utiliza sus nuevos conocimientos del lenguaje del c�mic para dar por terminado su enfrentamiento con Overman (una clara alusi�n a Superman) al que destruye cuando lo encierra en una vi�eta que se va comprimiendo hasta desaparecer.

Estamos aqu� frente a una especie de meta-c�mic. Un c�mic que usa autoconcientemente sus propios c�digos para hablar de s� mismo y que Morrison utiliza incluso para dar a la historia resonancias tr�gicas y metaf�sicas.

"S�lo somos personajes menores en una historia para entretener"- dice uno de los personajes, para luego agregar: "S�lo somos recuerdos. Recuerdos de personajes pasados de moda que ya no encajan en el continuo".

Animal Man toma conciencia de s� y necesita respuestas: "Qu� somos - se pregunta hacia el final de cap�tulo 24 - si s�lo somos personajes �Qui�n hace las historias? �Qui�n nos hace sufrir tanto? �Qui�n escribe el mundo?"- y luego agrega una cita Shakesperiana: "Estos actores, como os dije, eran esp�ritus que se esfuman en el aire".
Morrison Logra dar a su historia una dimensi�n que va m�s all� de la an�cdota que cuenta (se me dir� que tal es el objetivo de las historias y yo adscribir� a ello). El lector ve en los vapuleados personajes las mismas preguntas que quiz�s a �l tambi�n lo hayan atormentado. Y quiz�s tambi�n perciba lo absurdo de tales dudas y lo que es peor a�n, lo est�pido de la respuesta.

El prometido asalto a la continuidad del universo DC se ha cumplido. Morrison argumenta: "La continuidad deber�a ser abolida. Yo sigo insisti�ndoles en eso, pero no me escuchan. Batman deber�a conservar siempre un aire a�os 30 o 40. Puedes decir que transcurre en el presente, si quieres. Por el mismo razonamiento, Flash deber�a estar siempre en los a�os sesenta".

Todo est� listo para el gran final preparado por el guionista. En el cap�tulo 26, �ltimo episodio de la serie Animal Man se enfrenta a su dios y su verdad.

Sentado frente al computador de brazos y pies cruzados vemos a un hombre joven cuyo globo de texto dice: "Soy el malvado cerebro entre bastidores. El villano marionetista que tira de las cuerdas y te hace bailar. Soy tu guionista".

El cap�tulo es titulado acertadamente por Morrison como "Deus Ex Machina" (el dios que baja de la m�quina) un recurso narrativo descrito ya por Arist�teles en su Po�tica, (compendio de reglas ancestrales de toda dramaturgia) por el cual el desenlace de una obra est� dado por la aparici�n inopinada e inesperada de un poder ajeno a la historia y que viene a dar un desenlace desesperado a un conflicto que de otra manera ser�a insalvable. Morrison convierte este habitual error de un gui�n - al igual que David Lynch en el final de su film Wild at heart- en un recurso dram�tico. Este encuentro entre personaje y creador no es nuevo, ya lo utiliz� por ejemplo, Miguel de Unamuno en Niebla, pero el guionista lo utiliza aqu� con un cinismo y un desencanto propios de nuestra �poca.

El guionista, ahora personaje de su propia f�bula, aclara los baches del gui�n, cometidos ex profeso por �l mismo para llegar a este momento: el inevitable encuentro de dos estados de realidad.
"Escucha. S�lo dime: �Soy real o no?", le pregunta Animal Man a Grant Morrison, y �ste responde: " �Claro que lo eres! No estar�amos hablando aqu� si no lo fueses. Exist�as mucho antes de que yo te escribiese y si tienes suerte, seguir�s joven cuando yo envejezca o muera. Eres m�s real que yo".

Morrison se r�e de s� mismo, de los c�mics, de la forma de escribirlos, del estilo de moda, de la noci�n de superh�roe, de la necesidad de "contar una historia". En este cap�tulo final asistimos a la confesi�n del autor, a sus disculpas, vemos como el demiurgo no es m�s que otro t�tere en manos a�n m�s inescrutables y despiadadas.

La historia termina con Morrison devolviendo a Animal Man parte importante de lo que como autor le hab�a quitado y con una met�fora a modo de ep�logo en que aparece el propio Morrison, deseando desesperadamente la existencia de un algo que una nuestro mundo a otra realidad.

La emoci�n en el lector es justificada. �ste ser� un desliz dram�tico que Morrison no volver� a permitirse. El camino que va desde Animal Man a Los Invisibles (la �ltima obra del guionista) ya est� claro.

Despu�s de este brillante trabajo para DC comics, Morrison est� listo para continuar el asedio, el p�blico espera m�s y es el turno de Kid Eternity y de su primera obra m�s personal: Doom Patrol.