An�lisis de Obras y Autores
Wolverine, Arma X: La condici�n humana
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El Hombre es un Lobo para el Hombre


En el panorama de los Hombres-X sobresale, sin duda, la imagen de un bajito y corpulento canadiense de malas pulgas; Wolverine. Y dentro de los t�tulos en que se despliegan su "encantadora" personalidad, su exceso en la cerveza y el cigarrillo y sus m�sculos, Arma X, de Barry Winsor-Smith, es un diamante angarzado en adamantium.
Partamos por el personaje. Logan-Wolverine es uno de los Hombres-X. Sus caracter�sticas fundamentales se relacionan con un extraordinario pode de autocuraci�n, que le permite ser golpeado, herido, envenenado y recuperarse r�pidamente, incluso de mortales heridas autoinflingidas (como en Furia Interior, de Dan Chichester y Bill Sienkiewicz); poseer todos sus huesos forrados en adamantium, un metal dur�simo que le otorga una resistencia extra contra sus enemigos, adem�s de proporcionarle unas afilad�simas garras retr�ctiles que salen de sus manos al momento de atacar; fuerza, agilidad y sentidos suprahumanos completan el cuadro de sus habilidades.

Adentr�ndose m�s en su personalidad nos enteramos que es un fumador y bebedor empedernido, que tiene un car�cter explosivo y que su pasado es un enigma que ni �l mismo puede resolver.

Wolverine es un mutante, un paria de la sociedad. Podr�a llevar su diferencia en �ltimo caso, con disimulo, pero no es posible. Su "don" le desgarra por dentro, y no es s�lo porque la comunidad le rechace su "monstruosidad": �l mismo se cuestiona, se siente escindido entre dos naturalezas, la humana y la animal. Y es que Wolverine encarna, de la manera m�s tr�gica, la pugna de las fuerzas racionales e irracionales en el hombre. �ste, consciente de su mezcla entre humanidad y bestialidad, entre raz�n e instinto, intenta reprimir al lugar m�s oscuro de su inconsciente, las pulsiones instintivas que lo emparientan con los animales. Controlar los impulsos violentos es imperativo para evitar que "el hombre sea un lobo para el hombre".

Esa angustia existencial recorre toda la historia de la humanidad, y el hombre contempor�neo no escapa a ella. Cada d�a los medios de comunicaci�n se solazan en mostrar las innumerables expresiones de salvajismo humano: asesinatos, violaci�n, explotaci�n, guerra. Logan-Wolverine es un producto t�pico de esta preocupaci�n, "...el aut�ntico campo de batalla no es la arena, sino el alma... y la guerra no se acaba nunca... entre la bestia y yo...", le har�n decir en Killing, de John Ney Rieber y Kent Williams.

En la misma direcci�n creemos que se encuentra la falta de pasado del personaje, su amnesia. �De d�nde vengo? �Qui�n soy? �Para d�nde voy? son las preguntas angulares en el desarrollo del personaje (para revisar m�s acerca de la psicolog�a del personaje ver Meltdown, de John De Matteis, John Ney Rieber, Kent Williams y John J. Muth, Wolverine, de Chris Claremont y Frank Miller, Aventura en la Jungla, de Walter Simonson, Mike Mignola y Bob Wiacek, Sediento de Sangre, de Peter David y Sam Kieth, y para su incierto futuro sin adamantium: Atracciones Fatales, de varios autores). Estas preguntas son b�sicas en una discusi�n sobre la naturaleza y el destino de la humanidad toda. Y es que la universalidad del arte funciona as�: la tragedia individual ilustra e ilumina la tragedia de la sociedad.






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