"Pepo ha muerto, Dios salve a Condorito"
o
"Exijo una explicación"

por Antonio Lobos

Cuando era niño, solía ir de vacaciones de verano a la casa de mi tío en Valparaíso. La canícula de la tarde la capeaba en la playa, mientras que en las noches frescas del puerto me entregaba a la lectura de todo lo que tenía a mano. Supongo que mi afición a la literatura a tan corta edad preocupó a mi tío, que entendía que entretención y libros no pegaban ni juntaban. Fue así como, en una operación desesperada de salvataje, mi pariente decidió acercarme a un tipo diferente de lectura, según él, menos seria. Me alcanzó un alto de "Condoritos" y de "Doctors Mortis", que me alegraron y aterraron mis, desde entonces, insomnes noches de los siguientes veranos de mi infancia.

Han pasado los años y he intentado recuperar los antiguos números de esas revistas, infructuosamente. Fueron, para la mayoría de nosotros, junto a "Mampato", nuestros primeros acercamientos a los comics. Es cierto que "Condorito" hace mucho rato que es una empresa y que se mueve con hilos propios. Algunos hasta reclaman la verdadera autoría del personaje-pajarraco. Otros buscan desesperadamente al "Roto Quezada" en todo restaurant en que se trate mal a los dibujantes. Quién no querría tener una "Yayita" escondida en su casa, si eso no significara tener que aguantar a la suegra...

Casi todo lo que necesitaba saber sobre los oficios, las relaciones con las mujeres, la sinceridad de la amistad y los rigores de los sacos de plomo, etc., lo aprendí en esa revista en mis lecturas estivales. Es cierto, también, que Pepo hacía tiempo que ya no dibujaba, pero durante su vida, más allá de diferencias ideológicas o de distancias generacionales, ha sido para todos un maestro indiscutible.

Lamentamos que haya partido, pero si hay un paraíso de los dibujantes, seguro que Pepo está haciendo destornillarse de la risa a los ángeles con las nuevas aventuras inéditas de "Condorito en el Cielo".

Condorito Nº1 gentileza de Cristián Leiva.