POR CARLOS REYES G.
Desde hace un tiempo a esta parte, a la gran cantidad de podcast, sitios web y programas de video sobre historieta se ha sumado un nuevo sitio chileno de comentarios. Se trata de Cuarto mundo (que comenzó llamandose Multiverso 52) y que ha venido realizando una serie de actividades que los han situado en el panorama local como una nueva voz. Juan Pablo fernández, Joaquín Bustamante y Juan Pablo Armstrong, son tres de sus miembros, y quise conversar brevemente con ellos respecto de algunos temas que hace rato nos están rondando y que merecían ser abordados.
Esto es es lo que los dos Juan Pablo y Joaquín, a través del anonimato de la triple Jota, me dijeron.
- ¿Qué cambió de fondo cuando pasaron de El Multiverso 52 a Cuarto Mundo?
- Cambió el enfoque del contenido. Pasamos de ser un grupo de amigos que hablaban de lo que les gustaba a tener una mirada mucho más analítica, académica y pedagógica de los temas abordados. Buscamos más textos académicos para aprender el trabajo detrás de la historieta y así evaluar de forma mucho más seria cada tema en que nos involucramos. También hicimos una reorganización en nuestros esfuerzos para centrarnos en los cómics con mucha más fuerza. La pasión sigue ahí, solo que ahora la enfocamos con una mirada más profesional. Y esto significaba dejar atrás una identidad que nos vio nacer pero no era del todo nuestra. Cuarto Mundo somos nosotros, con nuestra propia identidad y estamos orgullosos de ello.
- Se habla de un buen momento de la historieta chilena y hay quienes creen ver en ello una suerte de exitismo o exageración ¿Cómo ves tú el panorama?
- Creo que estamos viviendo un muy buen momento En la actualidad cada día hay más gente que se está atreviendo a contar su historia o que está aportando de alguna manera a contar la historia de otros creadores y esto se realiza gracias a que la gente está hablando, está experimentando y está probando nuevas cosas en la narrativa. Y el hecho de que se hagan conocidos con su historia tiene que ver mucho con una de las definiciones de exitismo, que menciona al éxito por una conclusión satisfactoria de un esfuerzo. En eso, concuerdo plenamente con que es lo que se está viviendo actualmente en la narrativa chilena. Es difícil en la escena nacional, y es por eso que para lograrlo hay que sobresalir, pero eso conlleva a un gran esfuerzo y un buen trabajo para lograr entregar un buen producto, llamativo e interesante. Además de buscar de todas maneras la forma de distribuir y hacer correr la voz de tu trabajo. Lo que sí es que, lograr tus metas una vez, puede llevar a una confianza de que el éxito posterior será seguro y fácil. Es ahí donde las editoriales actuales tienen que reinventarse y concentrarse en encontrar material novedoso con personas trabajadoras que estén buscando concretar sus ideas.
Por otro lado, el éxito si forma parte de la experiencia y aprendizaje que ayuda a volver a hacer bien las cosas, pero lo importante es no fomentar la confianza. En un medio tan difícil y competitivo como el actual, es importante ser constante, como también esforzado en lo que uno quiere y a su vez, diverso.
Parte del equipo de Cuarto Mundo de izquierda a derecha: María de Los Angeles Aguilera, Joaquín Bustamante, Jorge Cifuentes, José Rodriguez, Juan Pablo Armstrong y Gonzalo Vargas.
- Se ha hablado también de un ambiente de condescendencia respecto de la producción local y de una carencia de crítica sobre las obras.
- Yo creo que la crítica es sumamente importante. Si bien el producto nacional siempre necesita apoyo y ayuda al distribuir, la crítica contribuye con lo que mencioné anteriormente, ya sean positivas o negativas, las críticas siempre pueden aportar gran parte del aprendizaje en las distintas experiencias editoriales. En ese sentido, entiendo que se piense en un estado de condescendencia al producto nacional simplemente por ser de acá, pero la crítica positiva sigue siendo igual o más importante que la negativa.
- Claro que es necesaria y existe pero con problemas que urgen ser resueltos, partiendo por la rigurosidad. Se tiende a hablar de gustos o a realizar un mero resumen de lo leído, perdiéndose una mirada más analítica y enriquecedora. Otro punto es el saber plantarse ante un medio tan pequeño, donde al final todos se conocen. Hay que dejar atrás esa burbuja y atreverse a destacar las obras realmente buenas sobre las que no lo son. Los autores necesitan la realidad de frente para poder seguir creciendo, así como los críticos deben saber argumentar su análisis, para juntos mejorar la oferta del mercado y aumentar las posibilidades de exportación. Probablemente el punto clave es la accesibilidad de la crítica al público. No solo debe existir, también debe tener alcance. Si nadie lee la crítica, nadie se está enriqueciendo con ella. Ampliar más el público de la historieta también es una obligación de la crítica. Todo esto, por supuesto, también aplica a nosotros y estamos en una labor consciente y constante por mejorar e ir más allá de nuestras limitaciones actuales.
- ¿Bajo qué parámetros deberíamos evaluar la calidad de una historieta?
- Es importante entender que una buena crítica debe ir de la mano de tres elementos relevantes. La intención, la forma y la manera en la que estamos entablando la crítica. Viéndolo por ese lado, las editoriales y los creadores actuales tienen que tomar la crítica como parte del proceso de desarrollo y verlo como un elemento más que debe potenciar la seguridad y confianza en el trabajo que realizarán a futuro. Ya sea para mantener lo bueno y poder realizar una mejor narración. La crítica permite interpretar de mejor manera la realidad y valorar de mejor manera los proyectos actuales.
- Respecto del tema de la difusión se habla de la visibilidad de ciertas obras, tal vez de menor calidad en desmedro de otras, tal vez más valiosas de las que nadie habla ¿Crees que es algo que está sucediendo?
- Creo que el trabajo de la difusión es algo que tanto las editoriales como los autores deben asumir. Vivimos en un mercado difícil, como lo mencioné anteriormente no tan solo por la gran variedad de títulos, si no porque se armó bajo un mercado que está muy marcado por el cómic americano y el europeo. Una de las principales dificultades de distribuir cómics en Chile es que, al igual que la mayoría de los sectores, están dominados por grandes grupos económicos. Hay editoriales gigantes y cadenas de librerías gigantes que manejan ampliamente el mercado. Y cuando el mercado está dominado por grandes conglomerados, eso afecta cualquier proyecto. Por lo que si se podría pensar que existe cierta visibilidad a algunas obras quizás de menor calidad porque es lo que dicta el dueño del conglomerado. Y a eso sumarle que un proyecto de cómic tiene ya la pega cuesta arriba porque existe una gran masa de lectores que son de superhéroes. Y no hay problema con eso, están en toda su libertad para leer.
Pero ahí es donde recae la pega de las editoriales y de los autores. Es el poder de ofrecer otras cosas que permitan que esta gente se abra a leer sobre otros temas. De nuevo, destacar para invitar al lector a conocer tu trabajo. Marco Rauch, de Mythica Editorial siempre ha dicho «Mi caballito de batalla desde siempre ha sido que el contenido sea lo más amplio posible, que capture a lectores de todas las edades y de todas las temáticas.» Y es ahí donde también tiene que entrar un tercer actor al tema. Los medios. Actualmente son muy pocos los medios especializados profesionales que ceden tiempo para hablar de la narrativa moderna en el país. Llámese diarios, revistas o incluso programas de TV y noticieros. Y es ahí donde nace este nicho y esta necesidad de cabros que leen buenas historias, que quieren poder hablar con alguien más, motivarlos a leerlas y que generan un espacio para hablar de estos temas. Y es ahí donde nacemos nosotros, Cuarto Mundo. Como sitio sentíamos la necesidad de que además de tratar temas de cómics internacionales, la narrativa nacional tiene todos los elementos y los méritos para transformarse en un gran movimiento y sentimos la obligación de transformarnos en un camino para poder ayudar a concretarlo y apoyarlo en la continuidad. En ese sentido, las editoriales y los autores tienen mucha pega encima al difundir porque está muy ligado a la autogestión de la difusión. Estos tres actores son sumamente importantes en el mercado nacional. Con ellos funcionando en sincronía, las historias pueden despegar y salir de Chile. Como le pasó a “Los Años de Allende”. La difusión es sumamente importante, existen un montón de canales como las ferias e internet, pero aún así, siempre falta.
- ¿Por qué vieron necesario premiar la producción de historieta chilena y crear el Salón de Honor en 2018?
- Es necesario premiar la producción nacional, porque tenemos como país una larga tradición de historietistas. Ahora hay más autores que nunca en el mercado nacional y necesitan de un reconocimiento para mostrarle al país y al mundo cómo hacemos las cosas acá en Chile y qué nos hace únicos respecto al resto del mundo. Vivimos bombardeados por obras de otros países y por años éstas han opacado el trabajo del medio local. Por eso, necesitamos destacar a los autores —y sus obras— que no tienen nada que envidiar en calidad al resto del mundo. Pero no debemos olvidar lo que vino antes, y es ahí donde entra el Salón de Honor, el cual además se conforma con la ayuda de los propios autores a través de su voto, para reconocer a aquellos que allanaron camino e inspiraron a muchos. Siempre se habla de algunos pocos autores, verdaderos padres de la historieta chilena, pero hacía falta un reconocimiento permanente para ellos. El Salón de Honor es un lugar donde siempre estarán visibilizados, creando así un espacio para reconocer constantemente a la gente que tuvo una participación elemental en el esqueleto que es el mercado comiquero chileno.
- ¿Qué se viene ahora para Cuarto Mundo ?
- Crecer. Ya hicimos en el 2017 un rebranding que manejamos bastante bien. Además nos lanzamos a apoyar eventos de una manera más presencial y certera, trabajando directamente con entidades como FIC, siendo un real aporte de difusión como sitio web. También nos extendimos a otro medio, creando un programa de radio donde, con otro formato y un contexto distinto, tenemos la posibilidad de seguir hablando y expandiendo la información de la historieta, mezclando temas internacionales con difusión al cómic chileno. Hoy nuestro principal objetivo es crecer y seguir expandiéndonos, para llegar a más eventos, cubrir más obras y alcanzar a un público mayor. Al final nuestra intención es poner nuestras ganas y energías a disposición de la historieta, porque es un medio que nos apasiona y que merece todo nuestro esfuerzo, sudor y lágrimas.