POR CARLOS REYES G.
El guionista y dibujante Alfredo Rodríguez es el creador del caleidoscópico volumen impreso de Lado B, que contó además con una versión homónima en formato Web cómic. Ambas son la puerta de entrada a un universo mayor que el autor chileno ha venido creando en los últimos años junto a Dan Dreg y un nutrido equipo de dibujantes y colaboradores.
La carta del cómic, reflejo especular de la carta física que el lector encuentra en las páginas del diario de vida de Miguel Estévez y que, ambos, lector y personaje, acaban leyendo.
“El Diario de Miguel Estévez” es el primer gran arco argumental del trabajo de Alfredo Rodríguez sobre su universo Lado B, co-creado junto al dibujante Dan Dreg Rodríguez. El libro es una publicación de Arcano IV y fue lanzado oficialmente el 4 de Mayo de 2012. La edición que se vendió ese día ofrece una particularidad que sus posteriores compradores no tendrán. Se entregaba en un sobre sellado cual si fuera envío certificado de correos de Chile, lo que ya debiera poner en alerta al descuidado lector de que está frente a una obra que retoza en campos mixturados.
Este sobre inicia la historia y el viaje del lector, pues la ficción arranca, gracias al recurso de la caja china (o metadiegésis) de una carta dentro del sobre, dentro del libro, dentro de la ficción.
Rodríguez inicia así a su pacto narrativo con el lector, un viaje en que nos invita a violar la intimidad de la lectura del diario de vida de un tal Miguel Estévez (El libro exhibe páginas manuscritas del diario, escritas por el propio Estévez años después de que su novia, Alicia Casablanca desapareciera misteriosamente al cerrar tras de sí una puerta y pasar a una habitación contigua a la de su novio, el que jamás pudo encontrarla sino hasta 30 años más tarde y sin que - la ahora adulta Alicia - pueda ofrecerle una explicación clara y racional de su sorprendente acto de desaparición.
Estos extraños sucesos gatillan en el hombre una frenética busqueda de respuestas y pruebas del fantástico periplo de Alicia. La lectura del diario de Estévez permite acercarnos a sus secretos y al destino que le toca en suerte: Desentrañar aquello que ha dado en llamar Lado B.
El halo de misterio que rodea el concepto aumenta con el laberinto de espejos que el autor dispone en las páginas del libro, cuyos hitos son una carta sellada dentro del libro (¡Divina paratextualidad!) que, como ya dijimos, detona una historia coral de la que somos testigos y que mezcla viajes transdimensionales, bebés perdidos, familias destrozadas, viejos magos, periodistas amarillentos, extrañas criaturas que viven en las catacumbas de la ciudad y muchos secretos a medio develar, verdadero fresco de una realidad alterna que anida al mismo tiempo en el corazón mismo de la ciudad.
Pero esta carta (que reciben tanto el personaje de ficción del libro- cómic, así como el lector y que es abierta por ambos, pero leída físicamente sólo por éste último), no es el único elemento paratextual del volumen, pues la categoría se completa con una foto y una hoja de cuaderno arrugada, adosadas con clips al libro; reproducción facsimilar de las páginas de un periódico ficticio (Misteria) que busca otorgar mayor verosimilitud a la ficción propuesta.
Las relaciones concomitantes van de uno a otro texto, unos iluminan zonas oscuras de los otros, se parasitan hipertextualmente, mientras, pista a pista la investigacion de Estévez continúa.
Portada del periódico Misteria, cuyas páginas aparecen insertas facsimilarmente en el libro de Lado B. Un diario ficticio que parodia a símiles reales que revelan ¿noticias ficticias?
La narración escrita resulta lineal, pero la de historieta va y viene, mezclando temporalidades y nos es propuesta además de modo fragmentario y desordenado, enseñándonos cada vez una faceta distinta del gran diamante. La invitación es a que el lector cumpla con sus deberes detectivescos y vaya hilando la historia, armando el rompecabezas de una obra cuya narración le ha sido entregada a retazos.
La hibridación del libro continúa cuando alterna páginas de texto interrumpidas por ilustraciones que funcionan como capitulares para entrar en las historietas, que en sólo 5 páginas, logran contar con trazos breves y pinceladas elocuentes, la vida de estos personajes trastocadas por el Lado B. Los guinistas y dibujantes logran que las breves existencias de sus personajes alcancen profundidad y emoción con muy pocos elementos. Los guiones de Felipe Benavides y el propio Alfredo Rodríguez son simples y escuetos, pero tremendamente eficaces en la panorámica resultante.
Una de las páginas del web cómic que luego se convirtió en parte del libro impreso.
Los comics impresos en el volumen ya fueron parte de un web cómic que se vino publicando meses antes de la aparición del libro y a mi juicio han activado su compra impresa, lejos del temor de quienes piensan que aquellos que leen en la web no están dispuestos a comprar los impresos que ya han descargado gratuitamente desde la red. En este caso, ambos medios se han potenciado en lugar de oponerse.
Diversos estilos de dibujo se cruzan en la narrativa gráfica Lado B, gracias a la participación de un nutrido equipo de dibujantes e ilustradores que dieron vida a los personajes, no obstante, todos todas las páginas de cómic se inscriben perfectamente en el mismo ambiente de tragedia fantástica que rezuman las paginas de este trabajo. La locura, la depresión, la muerte, la paranoia y la ilusión se hilvanan para formar un tinglado que sorprende por su contundente eficacia.
Ciertos textos del diario pueden parecer a ratos poco creíbles o evidentemente descriptivos en su afán de comunicar al lector los hechos, pero es posible que la obsesión de Estévez los vuelvan posibles en su delirio.
Trabajo híbrido, a medio camino entre la nouvelle y la historieta. Complejo y simple, atractivo y juguetón. Un nuevo aporte de Alfredo Rodríguez a un género que en nuestro país pide a gritos obras cada vez más osadas que no insulten la inteligencia del lector y que se abran a las potencialidades de un medio que aún no aprovecha todas sus capacidades. El libro se percibe como una puerta de entrada, como un rito de paso que deja preguntas que deberán ser contestadas en un próximo volumen.
Por ahora, la creación de mundo de Lado B ha comenzado y pasa la prueba con éxito, sembrando la semilla de la inquietud y dejando con ganas de seguir leyendo. Ahora solo resta esperar la invitación final, esa que nos impulse con temeroso deseo a cruzar definitivamente el umbral hacia el otro lado.
Para más información sobre el proyecto Lado B, puedes visitar su sitio web oficial, AQUÍ.
El autor de esta nota posando junto al sobre que contiene Lado B, el diario de vida de Estévez, que a su vez contiene el sobre que le envió Alicia a Miguel Estévez que contiene… mejor véanlo por ustedes mismos.
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Muy buena reseña (cómo siempre), gracias por el paorte
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